ANSIEDAD Y ANGUSTIA

La ansiedad adaptativa es un estado emocional normal y constituye una respuesta habitual a diferentes situaciones cotidianas estresantes. Es una señal que nos permite adoptar las medidas necesarias para enfrentarnos a una amenaza.

Sin embargo, puede volverse patológica cuando sobrepasa cierta intensidad y nuestro psiquismo percibe un peligro interno o externo que no puede procesar.

Puede tomar distintas formas, siendo las más frecuentes: Ataques de pánico, agorafobia, crisis de ansiedad, nerviosismo, ansiedad generalizada, estrés postraumático o angustia.

En estos casos, en vez de funcionar como una señal que nos advierte, funciona como algo invasivo y bloqueante. Decimos que es una angustia automática, que se activa de repente.

Ana Porras Señales Angustia 3

SI PONEMOS EL FOCO EN LOS PELIGROS INTERNOS…

…percibimos que estos cambian a lo largo de la vida, pero, con frecuencia, están asociados con el temor a alguna pérdida.

Esta pérdida puede ser de diversa índole: miedo a perder el amor de alguien, miedo a quedarnos sin trabajo, miedo a renunciar a cosas si tomamos una determinada decisión, dificultad para adaptarnos a un nuevo rol (la maternidad, la paternidad, aceptar que los hijos se van de casa…).

Es un temor que muchas veces se activa cuando empezamos a sospechar de forma inconsciente que no existe una vida o modelo ideal de hacer las cosas, que no podemos tenerlo y controlarlo todo y/o que hemos pasado por ciertas situaciones que nos han generado un dolor que no hemos procesado (en el caso del estrés postraumático, por ejemplo).

Estos desacuerdos o debates internos con nosotros mismos, son los que a veces, generan la aparición de los síntomas, en un intento de solventar nuestras dificultades.

DURANTE EL PROCESO TERAPÉUTICO

Tomaremos el síntoma como un hilo conductor que nos lleve poco a poco al origen del conflicto.

Esto no es una tarea sencilla, a veces, nos acostumbramos a vivir con los síntomas, y nos cuesta desprendernos de ellos y averiguar por qué surgieron. Es como si una parte de nosotros quisiera deshacerse de ellos y otra no.

Por otro lado, no basta con estudiar el estímulo concreto por el que nuestro organismo se activó y entró en crisis. Probablemente, ese estímulo representa muchas emociones para nosotros, despierta muchas sensaciones y conecta además de con la situación presente, con acontecimientos pasados de los que probablemente no somos conscientes. Ese es el principal motivo por el que inicialmente no entendemos qué nos está pasando y nos parece que estamos actuando de una forma desmedida.

A medida que podemos ir poniéndole palabras a lo que nos pasa y entendiendo por qué y con qué está conectado, podemos ir tranquilizándonos. No será suficiente con ponerle palabras una vez a nuestros conflictos internos.

Para que se resuelvan realmente hemos de poder elaborarlos y procesarlos. Es decir, integrarlos emocionalmente, no sólo entenderlos intelectualmente.

Así irá desapareciendo nuestra angustia.

CONTACTA CONMIGO

Será un placer trabajar juntos.